[Lo que sigue es un fragmento de ‘Anales de Historia de la Humanidad’, en su edición de 2096]
La pandemia iniciada en 2020 se alargaba ya una década. Los largos confinamientos y la grave depresión económica que asoló el planeta produjeron una aumento exponencial de los trastornos mentales. Aumentaron tanto que se hizo necesario recurrir a una solución extrema para poder mantener la cordura en la Tierra: exiliar enfermos a Marte.
El visionario Elon Musk encontró así la demanda necesaria para hacer rentable al menos uno de sus negocios (Tesla había quebrado ya a principios de los años ’20, cuando alguien se dio cuenta que no era viable que cada habitante del planeta se comprara tres de sus coches al año).
Se enviaron pues cientos de naves Space-X, gigantescas arcas llenas de locos, a Marte, un planeta yermo y helado, como se acostumbraba a desahuciar a los convictos a la Australia del siglo XVIII.
Pero lo que parecía un genocidio tolerado en silencio por los que se quedaron en la Tierra, pronto se reveló como la solución buscada por los soñadores de utopías de siglos pasados.
Inesperada y sorprendentemente, los enfermos mentales de la pandemia expatriados a Marte pronto se auto-organizaron espontáneamente en una sociedad de clanes según su tipo de patología, de tal manera que cada ‘ida de olla’ adoptaba una profesión o función útil dentro de la nueva sociedad marciana:
- Los psicópatas por fin gobernaban sin complejos y con aceptación popular;
- Los esquizofrénicos fueron artistas prodigiosos y creadores de nuevas y exitosas religiones;
- Los obsesivo-compulsivos se convirtieron en magníficos científicos e ingenieros;
- Los paranoicos en eficaces abogados;
- Los depresivos en fecundos periodistas;
- Los bipolares en filósofos; etc.
Se consiguió así, gracias a la pandemia y al exceso de cohetes baratos de Musk, por fin una sociedad en la que vivir en completa armonía con nuestras taras.
Desgraciadamente, las personas que recuperaban su equilibrio y sin trastornos mentales tuvieron que abandonar Marte, pues se hizo evidente que las personas sanas no pueden vivir mucho tiempo en sociedades enfermas, por muy perfectas y armoniosas que estas sean.
La Tierra copió rápidamente el modelo marciano (resultó que el 99% de la población tenía algún tipo de problema mental más o menos oculto), que terminó por fin con la depresión económica en 2034.
Así fue cómo, las pocas personas que consiguieron mantenerse cuerdas tras la década de la pandemia, se convirtieron en los parias de la nueva humanidad y su llamada ‘Nueva Normalidad’.
[Inspirado en un cuento de Philip K Dick]