La guerra cultural un 4 de Julio de 2020

Una de las armas recurrentes del socialismo es cancelar la cultura, expulsar a las personas de sus trabajos, avergonzar a los disidentes y exigir la sumisión total de cualquiera que no esté de acuerdo; configurando la definición misma de totalitarismo.

El año 1776 representa para América no sólo la culminación de miles de años de civilización occidental, sino también el triunfo del espíritu, la sabiduría, la filosofía y la razón.

Sin embargo existe hoy un peligro creciente que amenaza cada una de estas bendiciones por las que nuestros antepasados ​​lucharon hasta derramar su sangre. Nuestra nación y la civilización occidental están siendo testigos de una campaña despiadada para borrar nuestra Historia, difamar a nuestros héroes, borrar nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos. Multitudes enfurecidas están tratando de derribar las estatuas de nuestros fundadores, desfigurar nuestros monumentos más sagrados y desatar una ola de crímenes violentos en nuestras ciudades con el objetivo de reescribir la Historia a su gusto.

Muchas de estas personas no tienen ni idea de por qué están haciendo esto, pero algunos lo saben muy bien… Piensan que el pueblo estadounidense es débil, blando y sumiso. Pero no, el pueblo estadounidense es fuerte y orgulloso, y no permitirá que le quiten a nuestro país sus valores, su Historia y su cultura.

Una de sus armas políticas recurrentes es cancelar la cultura, expulsar a las personas de sus trabajos, avergonzar a los disidentes y exigir la sumisión total de cualquiera que no esté de acuerdo. Ésta es la definición misma de totalitarismo, algo completamente ajeno a nuestra cultura y nuestros valores, y que no tiene absolutamente cabida en los Estados Unidos de América.

Este ataque a nuestra libertad, nuestra magnífica y sagrada libertad, debe ser detenida. Debemos exponer este peligroso movimiento, proteger a los niños de nuestra nación de este asalto radical y preservar nuestro amado estilo de vida estadounidense.

En nuestras escuelas, nuestras salas de redacción, incluso nuestras salas de juntas corporativas; existe un nuevo fascismo de extrema izquierda que exige lealtad absoluta: Si no hablas su idioma, realizas sus rituales, recitas sus mantras y sigues sus mandamientos; entonces serás censurado, desterrado, incluido en las listas negras, perseguido y castigado. No podemos permitir que esto ocurra aquí.

Esta llamada «revolución cultural de izquierda» está diseñada para derrocar a la Revolución Americana y los valores que la fundaron. Busca destruir a la civilización que rescató a miles de millones de personas de la pobreza, la enfermedad, la violencia, el hambre; y que llevó a la humanidad a logros cada vez más altos, descubrimientos y progreso. Para hacer esto posible, están decididos a derribar cada estatua, símbolo y memoria de nuestro patrimonio nacional.

No podemos permitir que eso ocurra y no vamos a dejar que ocurra.


[Sirva esta traducción libre de un fragmento del discurso dado hoy por Donald Trump, como mi pequeño homenaje y celebración en este 4 de julio]

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