[SPOILERS AHEAD!: No sigas leyendo si no quieres que te destripe lo que ocurre en Devs y WestWorld (3ª temporada), o comprobar los estragos que el confinamiento está provocando en la última neurona que me quedaba mínimamente funcional].
Devs y la 3ª temporada de WestWorld son dos series de ciencia-ficción totalmente independientes que parece se han puesto de acuerdo para trata a la vez un mismo tema: La paradoja del determinismo en la acción humana y el importante papel de la diversidad en los sistemas adaptativos complejos.
Un sistema complejo —como la economía, la sociedad o el ecosistema de la jungla tropical— consiste en la interacción de entidades que producen patrones y estructuras dinámicas emergentes. Esto es, que tienen propiedades nueva no presentes en los componentes que las constituyen y que evolucionan en el tiempo. Dichas entidades, a modo de ladrillos constituyentes, pueden ser idénticas y constantes (por ejemplo las reglas que rigen las fichas del Go) o adaptativas como en los ecosistemas de organismos vivos o la sociedad formada por seres humanos.
La diversidad (outliers con propiedades muy diferentes a las del resto) juega un papel fundamentalmente diferente en un sistema complejo que en un sistema que tienda al equilibrio (por ejemplo un gas dentro de un cilindro de volumen variable). En estos últimos, simplemente suelen producir variaciones en torno a la media del comportamiento esperado.
Sin embargo, en sistemas adaptativos complejos, la inclusión de estos outliers fundamentalmente diferentes produce contribuciones que pueden condicionar la estructura y dinámica del comportamiento del sistema más allá de lo que se podría deducir o esperar en función del agregado del resto de componentes “normales” o habituales.
¿Cómo y por qué ocurren estos outliers? ¿Cómo aparece esta diversidad y cómo afecta a los sistemas complejos?
En WestWorld, Serac (magnético como siempre Vincent Cassel) nos explica que el control de la diversidad sustenta la solidez de su sistema predictivo Rehoboam (el “cerebro” de inteligencia artificial construido junto a su hermano).
Efectivamente, los outliers en sistemas complejos proporcionan las semillas para grandes eventos al crear valores atípicos que alimentan o propician los puntos de inflexión y las transiciones de fase del sistema (cambios imprevistos y revoluciones).
En Devs, Forest (magnífico descubrimiento de Nick Offerman en un papel tan alejado de su típico registro cómico) quiere integrar tanto a los outliers en su modelo, como forzar a sus ingenieros desarrolladores una cosmovisión determinista en la que incluso esos outliers están incluidos en su modelo de simulación cuántico y sus efectos por lo tanto están previstos previstos.
Sin embargo, los outliers impulsan la incertidumbre que permite la novedad y la innovación. Frente a este dilema Seran y Forest toman decisiones y caminos diferentes.
Así, Serac decide que, para que Rehoboam pueda funcionar y sea útil para construir esa sociedad ideal que busca implementar (en vista de “lo mal que lo hemos hecho los humanos usando nuestra libertad” en ausencia de un control que nos dirija «adecuadamente y en la buena dirección»), la cantidad de outliers debe mantenerse siempre dentro de unos límites, tanto en número como en su rango de influencia. Si se salen de cierto umbral de impacto, deben ser pues confinados o directamente eliminados (hay que matarlos, vaya).
El gran error de WestWorld en esta 3ª temporada basada en la construcción y existencia de Rehoboam, es que todos los seres humanos tenemos el potencial de convertirnos en esos outliers que tanto teme Serac. En otras palabras, todas las personas somos susceptibles de introducir una diversidad incalculable para ningún método o algoritmo de tratamiento de datos. Todo ser humano es potencialmente el elemento que destruirá la predicción estimada o buscada; lo que convierte en imposible la existencia de un gran órgano centralizado capaz de predecir el devenir no sólo de cada individuo, sino de la sociedad en su conjunto.
Pero lo más sorprendente en esta tercera temporada de WestWorld es recordar cómo la realidad supera a la ficción. Efectivamente, antes de Rehoboam ya existió realmente Cybersyn.
Cybersyn se trató de un proyecto de modelización y control de la economía desarrollado en Chile poco antes del golpe de estado de Pinochet. El proyecto estaba fundamentado en las ideas marxistas del control top-down de las interacciones económicas de todo un país, inspirado por el afán controlador del socialismo de Salvador Allende. El proyecto nunca llegó a ponerse en marcha, aunque por las fotos que nos quedan se parecía más al puente de mando de la Enterprise de Star Trek que al sueño marxista de controlar la economía exportado desde la URSS (donde sistemas similares se implantaron uno tras otros, obviamente sin éxito).